Seguro que te ha pasado: compras un queso artesano con toda la ilusión, lo pruebas el primer día y su sabor es inigualable… pero al cabo de pocos días en la nevera notas que se reseca, pierde aroma o incluso aparece moho. La decepción es inevitable: un producto tan especial merece ser disfrutado en su mejor momento.
Aquí surge la gran pregunta: ¿sabes cómo guardar el queso en la nevera correctamente?
Cada tipo de queso —fresco, tierno, curado— necesita unos cuidados diferentes para conservar su textura y su sabor original. En este artículo te damos soluciones prácticas y sencillas para mantener el queso fresco en la nevera el mayor tiempo posible, como si lo acabaras de comprar.
En el Terraló de Granollers, cada queso viene con su secreto de conservación
En El Terraló creemos que cada queso tiene su propia historia y también su manera de conservarse. Por eso, cuando un cliente se lleva uno de nuestros quesos, no solo se lleva un producto artesano de proximidad: también se lleva nuestros consejos y atención personalizada para que en su casa disfrute del queso en su mejor momento. Nos gusta acompañar especialmente a quienes eligen quesos frescos, dándoles las pautas para que se mantengan tiernos y sabrosos más tiempo en la nevera. Porque para nosotros, cuidar el queso es también cuidar de quien lo disfruta.
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¿Por qué es importante conservar bien el queso?
El queso no es un alimento cualquiera: es un producto vivo que continúa evolucionando incluso después de salir de la quesería. Su proceso de maduración sigue activo dentro de tu nevera, y de cómo lo conserves dependerá que mantenga su sabor, su aroma y su textura original.
Factores que influyen en la conservación
Temperatura: lo ideal es mantenerlo entre 4 °C y 8 °C, evitando tanto el exceso de frío como los cambios bruscos.
Humedad: un nivel adecuado evita que se reseque o, por el contrario, que se ablande en exceso.
Aire: la exposición directa al aire reseca el queso y acelera la aparición de moho indeseado.
Envoltorio: el material con el que lo cubras marcará la diferencia. El plástico directo, por ejemplo, impide que respire y altera su sabor.
¿Qué ocurre si no se conserva bien?
Una mala conservación no solo afecta a la experiencia gastronómica, también puede comprometer su calidad:
El queso fresco puede agriarse y perder su textura cremosa.
Los quesos curados pueden resecarse demasiado y volverse quebradizos.
En algunos casos, pueden aparecer mohos no deseados que afectan a la seguridad alimentaria.
Cuidar cómo guardas tu queso en la nevera es, en definitiva, cuidar su vida interior. Y cuando hablamos de quesos artesanos, cada detalle cuenta para que disfrutes de ellos tal y como fueron pensados por el maestro quesero.
La conservación del queso es fundamental, durante la elaboración y también después de llevar a casa

¿Cómo guardar el queso en la nevera según su tipo?
No todos los quesos se conservan de la misma manera. Su nivel de humedad, el tiempo de maduración y hasta la corteza determinan cómo debemos guardarlos para que mantengan intacto su sabor y su textura. Aquí te explicamos cómo guardar el queso en la nevera según su tipo para que disfrutes de cada uno como recién comprado.
¿Cómo guardar el queso fresco en la nevera?
Los quesos frescos, como el burgos, el mató, la mozzarella o el requesón, son los más delicados porque tienen un alto contenido en agua y apenas pasan por procesos de maduración.
Guárdalos en un envase hermético, preferiblemente con parte de su suero original o envueltos en un paño limpio y húmedo.
Cámbialo cada pocos días para evitar que se estropeen.
Nunca los congeles, ya que perderían su textura cremosa y su sabor característico.
De este modo, podrás mantener su frescura unos días más sin que pierdan calidad.
¿Cómo guardar quesos tiernos y semicurados?
Los quesos tiernos y semicurados necesitan respirar un poco, pero sin quedar expuestos directamente al aire del frigorífico.
Lo ideal es envolverlos en papel encerado o de horno, o en film perforado, para permitir cierta transpiración.
Colócalos dentro de un envase que deje pasar algo de aire y evita el contacto con plásticos herméticos.
La mejor zona de la nevera para conservarlos es el cajón de verduras, donde la temperatura es más estable y la humedad más adecuada.
Así se evita que suden en exceso o que se resequen demasiado rápido.
¿Cómo guardar quesos curados y duros?
Los quesos curados y duros (manchego curado, parmesano, comté…) son más resistentes, pero también necesitan un cuidado especial para conservar su sabor intenso.
Envuélvelos en papel de estraza o papel de horno, nunca en plástico directo.
Si la pieza está empezada, puedes frotar ligeramente la zona de corte con aceite de oliva, lo que ayudará a mantener la humedad y protegerla del moho.
Evita que se resequen demasiado: aunque soportan mejor el frío, conviene revisarlos cada pocos días.
Guardados así, estos quesos pueden durar varias semanas sin perder sus propiedades.
Consejos prácticos para mantener el queso fresco en la nevera
Más allá del tipo de queso, hay una serie de pautas generales que ayudan a conservar cualquier variedad en las mejores condiciones. Son detalles sencillos, pero marcan una gran diferencia a la hora de disfrutarlo como si lo acabaras de comprar. ¿Cómo guardar el queso en la nevera?
🌡️ Temperatura ideal: entre 4 °C y 8 °C
El queso necesita frío, pero no en exceso. La temperatura óptima de conservación está entre 4 °C y 8 °C. Si baja demasiado, el queso puede endurecerse y perder aroma; si sube, aumentan los riesgos de deterioro y fermentaciones indeseadas.
⚖️ Evitar cambios bruscos de frío-calor
Sacar y meter el queso continuamente en la nevera favorece la condensación y altera su textura. Lo ideal es cortar la porción que vayas a consumir y dejar el resto bien protegido dentro de la nevera.
🕒 Sacar el queso de la nevera antes de consumir
Para que el queso exprese todo su sabor, conviene sacarlo al menos 30 minutos antes de comerlo. Así alcanza la temperatura ambiente y se aprecia mejor su aroma, cremosidad y matices.
🧀 Guardar cada queso por separado
Los quesos son muy absorbentes y si los guardas juntos pueden intercambiar aromas y sabores. Lo mejor es conservar cada queso por separado, en su propio envoltorio o envase, especialmente si combinas frescos, curados o de diferentes tipos de leche.
Aplicando estas recomendaciones, tu queso no solo durará más tiempo en perfectas condiciones, sino que conservará esa frescura y autenticidad que lo hacen único.
Tanto el envase como la temperatura de la nevera son importantes

Errores comunes al conservar el queso
Aunque guardar el queso en la nevera parece algo sencillo, pequeños descuidos pueden hacer que pierda rápidamente su sabor y textura original. Estos son algunos de los errores más frecuentes al conservar el queso, que conviene evitar para mantenerlo fresco y en buen estado por más tiempo.
🚫 Envolver en plástico directamente
El plástico de cocina, al estar en contacto directo con el queso, impide que respire. Esto provoca que sude, acumule humedad y desarrolle sabores indeseados. En lugar de film transparente, lo recomendable es usar papel encerado, de horno o estraza, y después guardarlo en un recipiente que lo proteja del aire frío de la nevera.
🚫 Dejarlo descubierto en la nevera
Otro error habitual es meter el queso en la nevera sin ningún tipo de protección. Al quedar expuesto al aire, se reseca con rapidez, pierde cremosidad y puede absorber olores de otros alimentos. Para evitarlo, conviene envolverlo siempre en un material transpirable y, si es posible, mantenerlo en una quesera o envase específico.
🚫 Mezclar quesos de distinto tipo en el mismo envase
Cada queso tiene un aroma propio y una humedad diferente. Guardar varias piezas distintas en el mismo envase hace que se mezclen olores y sabores, y que algunos se deterioren antes de tiempo. La mejor opción es conservar cada queso por separado, respetando sus particularidades.
👉 Evitar estos errores sencillos te permitirá disfrutar del queso tal y como lo concibió el maestro quesero: con toda su frescura, su textura original y su sabor auténtico.
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Els millors consells i els millors productes. La qualitat i el tracte proper fan que El Terraló sigui el meu lloc de confiança.
Cuidar el queso es cuidar su sabor
Conservar bien el queso no es complicado, solo requiere atender a pequeños detalles: mantener la temperatura adecuada, evitar cambios bruscos de frío, envolverlo en materiales que permitan respirar y guardarlo según su tipo, ya sea fresco, tierno o curado. Con estas sencillas pautas, no solo alargarás su vida útil, sino que también disfrutarás de todo su aroma, su textura y su sabor como el primer día.
El queso es un alimento vivo, artesano y con historia. Cada pieza refleja el trabajo de pastores, ganaderos y maestros queseros que cuidan de su producto con mimo y paciencia. Conservarlo correctamente en casa es también una forma de honrar ese esfuerzo y mantener intacta la experiencia que querían transmitirnos.
En El Terraló nos apasiona acompañarte en este viaje por el mundo de los quesos artesanos. Por eso seleccionamos y cuidamos cada pieza antes de que llegue a tu mesa, y te damos siempre las claves para que disfrutes de ella como merece. Si quieres descubrir sabores únicos y auténticos, te invitamos a explorar nuestra selección de quesos artesanos de proximidad, pensados para que vivas el queso en su máxima expresión. Esperamos que con este artículo ya sepas cómo guardar el queso en la nevera.
Preguntas frecuentes sobre la conservación del queso en la nevera
¿Cuánto dura el queso fresco en la nevera?
El queso fresco es el más delicado, ya que contiene mucha agua y apenas ha pasado por maduración. Bien guardado en un envase hermético, con parte de su suero original o envuelto en un paño húmedo, puede durar entre 3 y 5 días. Pasado ese tiempo, suele perder calidad y frescura, por lo que lo ideal es consumirlo rápidamente tras la compra.
¿Se puede congelar el queso?
Depende del tipo de queso:
❌ No se recomienda congelar quesos frescos, tiernos o de pasta blanda (como el mató, la mozzarella o el brie), ya que la descongelación altera su textura y los vuelve acuosos.
✅ Sí puede congelarse en casos de quesos curados, duros o rallados (como parmesano o manchego curado), siempre bien envueltos y en porciones pequeñas para usarlos en recetas.
¿Qué hacer si el queso tiene moho?
En quesos curados o duros, puedes cortar la parte afectada (unos 2 cm alrededor y en profundidad) y consumir el resto sin problema.
En quesos frescos o blandos, si aparece moho lo más seguro es desechar toda la pieza, ya que las esporas pueden haberse extendido aunque no sean visibles.
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