Cada vez más personas buscan alternativas más digestivas, naturales y ricas en sabor para su día a día. El yogur de cabra, tradicional en muchas culturas y ahora redescubierto por quienes cuidan su salud, se ha convertido en una joya láctea por derecho propio.
Con un perfil nutricional único, una textura suave y un sabor ligeramente ácido que enamora, este yogur no solo destaca por ser más fácil de digerir que el de vaca, sino también por aportar probióticos, calcio y proteínas de alta calidad. Pero… ¿es realmente mejor? ¿A quién se recomienda? ¿Cómo distinguir un buen yogur de cabra?
En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber para disfrutarlo con criterio: desde sus beneficios reales hasta cómo elegir el mejor. Y si quieres probarlo, más abajo te dejamos algunas recomendaciones artesanas que te van a encantar.
Curiosidad
¿Sabías que el primer yogur griego no se hacía con leche de vaca, sino con leche de cabra u oveja? En Grecia tradicional, el auténtico “yogur griego” derivaba de estas leches, ya que las cabras y ovejas eran la base de la ganadería en la región. Lo verdaderamente característico de ese yogur era el proceso de filtrado del suero, que le da la textura espesa y el alto contenido proteico que lo define hoy.
¿Qué es el yogur de cabra?
El yogur de cabra es un producto lácteo fermentado que se elabora a partir de leche de cabra pasteurizada y fermentos lácticos vivos, del mismo modo que el yogur tradicional, pero con una composición nutricional y organoléptica particular que lo diferencia. Su sabor suave y ligeramente ácido, su textura cremosa y su alta digestibilidad lo han convertido en una opción cada vez más valorada entre quienes buscan una alimentación más natural y saludable.
Origen y elaboración
La elaboración del yogur de cabra sigue un proceso tradicional que comienza con la pasteurización de la leche de cabra para garantizar la seguridad alimentaria. A continuación, se añaden cultivos bacterianos específicos —normalmente Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus— que actúan como fermentos lácticos.
Durante la fermentación, que se realiza a temperaturas controladas, estas bacterias transforman la lactosa de la leche en ácido láctico, dando lugar a una textura espesa, un sabor ligeramente ácido y, sobre todo, un alto contenido de probióticos naturales beneficiosos para el intestino.
Este proceso, sencillo pero delicado, es el mismo que se ha seguido durante siglos en distintas regiones del mundo, especialmente en zonas rurales donde la cabra ha sido una fuente clave de leche y derivados. Hoy en día, el yogur de cabra combina ese saber hacer tradicional con controles de calidad modernos, dando lugar a un producto nutritivo, sabroso y más digestivo que otros tipos de yogur.
El placer de un buen yogur de cabra

Diferencias con el yogur de vaca u oveja
Aunque todos los yogures comparten un proceso similar de fermentación, su valor nutricional y su impacto digestivo pueden variar significativamente según el tipo de leche utilizada. El yogur de cabra destaca por tener características únicas que lo diferencian del elaborado con leche de vaca o de oveja.
Menor contenido en lactosa y grasa
El yogur de cabra contiene menos lactosa que el de vaca, lo que lo hace más tolerable para personas con sensibilidad o intolerancia leve. Además, su perfil graso es diferente: aunque puede tener una cantidad total de grasa similar, se compone principalmente de ácidos grasos de cadena media —como el ácido caprílico y el ácido cáprico— que se digieren más fácilmente y se metabolizan rápidamente como fuente de energía.
Presencia de proteína A2
Otra diferencia importante es el tipo de proteína. La leche de cabra contiene mayoritariamente proteína A2, a diferencia de la A1 presente en muchas leches de vaca industriales. Estudios sugieren que la proteína A2 puede ser menos inflamatoria y más suave para el sistema digestivo, especialmente en personas con molestias gastrointestinales tras consumir lácteos.
Más minerales esenciales
El yogur de cabra es naturalmente rico en potasio, zinc, magnesio y fósforo, minerales esenciales para funciones corporales clave como el equilibrio electrolítico, la salud ósea o el sistema inmunológico. Aunque contiene algo menos de calcio que el de vaca, su absorción es más eficiente, debido a la biodisponibilidad de sus nutrientes y al equilibrio entre minerales.
Comparado con el yogur de oveja
El yogur de oveja, por su parte, suele tener un contenido más alto en grasa y proteínas que el de cabra, pero también es más denso y calórico. El de cabra se posiciona como una opción intermedia y equilibrada, con buena digestibilidad, sabor suave y perfil nutricional completo.
Beneficios del yogur de cabra
Más allá de su sabor suave y su origen tradicional, el yogur de cabra es valorado por sus múltiples beneficios para la salud. Gracias a su composición nutricional y a su mejor digestibilidad, es una excelente opción para personas con necesidades alimentarias específicas o que buscan un producto natural y funcional.
Mejora digestiva y menor contenido en lactosa
Una de las principales ventajas del yogur de cabra es que resulta más fácil de digerir que el elaborado con leche de vaca. Esto se debe, por un lado, a su menor contenido en lactosa y, por otro, al tipo de proteínas que contiene (principalmente del tipo A2), más suaves para el sistema digestivo.
Diversas fuentes —como El Español, La Sexta o Quesería de Lajara— señalan que muchas personas con intolerancia leve o sensibilidad a la lactosa pueden consumir este tipo de yogur sin sufrir molestias gastrointestinales. Además, la presencia de ácidos grasos de cadena media facilita su absorción y metabolización.
Salud intestinal y probióticos naturales
El yogur de cabra es una excelente fuente de probióticos, es decir, bacterias vivas beneficiosas para la flora intestinal. Durante el proceso de fermentación se desarrollan cepas como Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, que ayudan a mantener el equilibrio del microbioma digestivo.
Estudios recientes, como los citados en Cadena SER o Wikipedia, sugieren incluso que este tipo de alimentos puede contribuir a la recuperación del microbioma intestinal en casos de anemia ferropénica, fortaleciendo así la absorción de minerales y la salud digestiva general.
Propiedades nutricionales destacadas
El yogur de cabra tiene un perfil nutricional equilibrado: es bajo en grasas y colesterol, pero rico en nutrientes esenciales como calcio, potasio, magnesio, vitamina D y vitaminas del grupo B. Esto lo convierte en un aliado para:
Fortalecer el sistema inmunológico, gracias a su aporte de zinc y selenio.
Cuidar la salud ósea, por su contenido en calcio y fósforo biodisponibles.
Ayudar a regular la presión arterial, gracias a su bajo contenido en sodio y alto en potasio.
Estos beneficios han sido respaldados por medios como Huffington Post, El Español y enciclopedias como Wikipedia.
Apto para dietas especiales
El yogur de cabra es naturalmente sin gluten, lo que lo hace apto para personas con enfermedad celíaca. Además, al ser bajo en lactosa, con un buen perfil de grasas y azúcares naturales, es una excelente elección para personas con:
Diabetes, por su bajo índice glucémico.
Intolerancias digestivas, especialmente a la leche de vaca.
Dietas equilibradas o bajas en grasa, sin renunciar al sabor ni a la nutrición.
En resumen, el yogur de cabra no es solo un alimento tradicional, sino un verdadero aliado de la salud moderna.
¿Cómo elegir un buen yogur de cabra?
No todos los yogures de cabra son iguales. A la hora de elegir uno realmente saludable, natural y beneficioso, es importante saber leer la etiqueta y reconocer los ingredientes esenciales, así como valorar factores como el tipo de envase y las certificaciones del producto. Aquí te damos algunas claves prácticas para acertar en tu elección.
Ingredientes esenciales
Un buen yogur de cabra debe llevar solo dos ingredientes:
Leche de cabra pasteurizada
Fermentos lácticos vivos (como Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus)
Evita aquellos productos que incluyan azúcares añadidos, espesantes, almidones modificados, aromas artificiales o colorantes, ya que estos restan valor nutricional al yogur y pueden afectar su digestibilidad.
Muchos perfiles de nutrición en redes sociales y tiendas online (como Instagram, Amazon o Deliciel) coinciden en destacar que cuanto más simple y corta sea la lista de ingredientes, mejor es el producto. Esta sencillez es un indicador de calidad y respeto por el método tradicional de elaboración.
Además, si buscas una opción todavía más saludable, puedes optar por versiones naturales sin azúcar o endulzadas con frutas reales, que aportan sabor y fibra sin comprometer el equilibrio nutricional.
Certificaciones y envase
Otro aspecto clave al elegir un buen yogur de cabra es fijarse en su origen y presentación:
Certificado ecológico: garantiza que la leche proviene de cabras alimentadas sin piensos industriales, sin antibióticos preventivos y en condiciones respetuosas con el bienestar animal.
Pasteurización: imprescindible para asegurar la seguridad alimentaria sin alterar las propiedades nutricionales del yogur.
Envase de vidrio o materiales sostenibles: el vidrio no solo preserva mejor el sabor y la textura, sino que evita la transferencia de microplásticos al alimento y es 100 % reciclable.
Una muestra del creciente interés por este tipo de productos es la recomendación hecha por nutricionistas en medios como La Sexta, que destacan yogures como el de la marca Hacendado natural de cabra, por contener únicamente leche de cabra y fermentos, sin azúcar ni aditivos, y estar disponible en tarros de cristal.
Para todos los gustos

Yogur de cabra en vidrio: una elección consciente
Elegir un yogur de cabra en envase de vidrio no es solo una cuestión de estética o presentación; es una decisión que combina salud, sostenibilidad y respeto por el producto.
El vidrio es un material inerte y no poroso, lo que significa que no altera el sabor ni las propiedades del yogur. A diferencia de algunos envases plásticos, el vidrio no libera microplásticos ni sustancias químicas, incluso cuando se somete a cambios de temperatura, como sucede durante la refrigeración.
Además, el yogur de cabra en vidrio suele estar asociado a productores que apuestan por elaboraciones más artesanales, ingredientes simples y prácticas sostenibles. En muchos casos, también implica un compromiso ecológico: el vidrio es 100 % reciclable y puede reutilizarse sin perder calidad.
Otro aspecto a tener en cuenta es la conservación. El envase de vidrio protege mejor el contenido de los cambios externos y mantiene más tiempo la textura, frescura y calidad del yogur.
Por eso, si estás buscando un yogur de cabra auténtico, natural y respetuoso con el medio ambiente, optar por presentaciones en tarro de vidrio es un acierto. Y si es de leche ecológica y fermentos vivos… aún mejor.
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Ideas de consumo y recetas con yogur de cabra
El yogur de cabra es un alimento versátil que se adapta tanto a platos dulces como salados. Su textura cremosa y su sabor ligeramente ácido lo convierten en un ingrediente ideal para quienes buscan variar su alimentación sin renunciar al sabor ni a lo saludable.
Para desayunos completos y saludables
Una de las formas más sencillas y nutritivas de incorporar el yogur de cabra es en el desayuno. Puedes combinarlo con:
Muesli o granola casera
Fruta fresca de temporada (como higos, plátano, manzana o frutos rojos)
Frutos secos y semillas (nueces, almendras, chía)
Un chorrito de miel cruda o sirope natural para un toque dulce
Este tipo de desayuno es equilibrado, rico en fibra, proteínas y grasas saludables, ideal para empezar el día con energía.
En postres y meriendas naturales
El yogur de cabra también es perfecto para preparar postres ligeros:
Cremas de yogur con frutas asadas o compotas caseras
Coulis de frutos rojos o mango sobre yogur natural
Bizcochos o muffins elaborados con yogur de cabra en lugar de nata
Incluso puedes usarlo como base para helados artesanales más digestivos y menos calóricos.
En platos salados y salsas frescas
En su versión natural sin azúcar, el yogur de cabra es excelente para cocinar:
Salsas frías con ajo, limón y hierbas frescas (como una especie de tzatziki mediterráneo)
Aderezos para ensaladas (por ejemplo, con pepino, menta, aceite de oliva y yogur)
Como base de cremas untables con queso de cabra o aguacate
Es una forma deliciosa de añadir cremosidad a platos ligeros sin usar nata ni mayonesa industrial.
En batidos y smoothies
Su alto valor nutritivo lo convierte en un excelente ingrediente para smoothies:
Yogur de cabra + plátano + espinaca + dátil
Yogur de cabra + mango + jengibre + limón
Yogur de cabra + frutos rojos + avena + semillas de chía
Estos batidos son ideales como snack post-entrenamiento o como merienda saludable para niños y adultos.
El yogur de cabra es mucho más que una alternativa láctea: es un alimento completo, digestivo y lleno de beneficios. Su bajo contenido en lactosa, su riqueza en probióticos naturales y su excelente perfil nutricional lo convierten en un gran aliado para cuidar tu bienestar desde dentro.
Además, es un producto versátil, fácil de incorporar en el día a día y apto para muchas dietas especiales. Ya sea en el desayuno, como postre, en salsas o batidos, el yogur de cabra aporta sabor, textura y salud en cada cucharada.
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