¿Te encanta el queso pero te preocupa su contenido en grasa? No estás solo: cada vez más personas buscan opciones sabrosas pero saludables. En este artículo te explicamos qué queso tiene menos grasa, cuáles son los que menos engordan y cómo elegir el más adecuado si estás cuidando tu alimentación o sigues una dieta baja en colesterol. Descubre las variedades más ligeras, comparativas reales y consejos prácticos para disfrutar del queso sin remordimientos.
Curiosidad
El queso fresco batido 0% grasa se ha vuelto muy popular entre quienes buscan cuidar su línea, pero ¿sabías que no es realmente un “queso” en sentido tradicional? Aunque se elabora a partir de leche fermentada, no pasa por un proceso de maduración ni cuajado típico de los quesos clásicos, por lo que en muchos países se considera más un lácteo proteico tipo yogur que un queso en sí.
¿Qué hace que un queso tenga más o menos grasa?
La cantidad de grasa en un queso no es aleatoria: depende de varios factores clave que influyen directamente en su composición nutricional. Conocerlos te ayudará a tomar decisiones más conscientes al momento de elegir qué tipo de queso consumir.
1. Tipo de leche utilizada
Cada leche tiene un contenido graso distinto, lo cual impacta directamente en el queso final.
Leche entera (ya sea de vaca, oveja o cabra) da lugar a quesos más cremosos y grasos.
Leche semidesnatada o desnatada reduce considerablemente el contenido graso.
Además, la leche de cabra y oveja suele tener un perfil lipídico diferente al de vaca, con grasas más digeribles y una proporción diferente de ácidos grasos.
2. Grado de curación
El proceso de curación elimina parte del agua del queso, concentrando tanto el sabor como los nutrientes… incluida la grasa.
Quesos curados y muy curados: menos agua, más grasa por 100 g.
Quesos frescos o tiernos: más contenido de agua, por lo tanto, menor densidad calórica y grasa.
3. Contenido de agua (humedad)
Un queso con alta humedad —como el queso fresco, el mató o el requesón— contiene menos grasa por porción, ya que parte de su volumen está compuesto por agua. Cuanta más agua, menos concentración de grasa por 100 gramos de producto.
¿Y qué pasa con la grasa saturada y el colesterol?
Todos los quesos contienen grasa, pero no toda es igual.
Grasa saturada: Presente de forma natural en los productos lácteos, en exceso puede influir en los niveles de colesterol LDL.
Colesterol: Algunos quesos contienen más que otros, pero los frescos tienden a tener un perfil más bajo.
Lo importante no es solo la cantidad, sino la calidad y el contexto: un queso artesanal, natural, sin aditivos y consumido en cantidades moderadas puede formar parte perfectamente de una alimentación saludable.
El placer de una buena tabla de quesos

¿Qué queso tiene menos grasa? Top quesos bajos en grasa
Si estás buscando opciones más ligeras para tu dieta sin renunciar al sabor del queso, hay varias variedades que destacan por su bajo contenido graso. Aquí te presentamos los quesos que menos grasa tienen, ideales para quienes buscan cuidar su alimentación o reducir su ingesta de grasas saturadas y colesterol.
1. Requesón o ricotta
El requesón —también conocido como ricotta— se elabora a partir del suero lácteo restante tras la producción de otros quesos.
Es naturalmente bajo en grasa y muy rico en proteínas de alta calidad.
Aporta una textura suave y es ideal en desayunos, postres o rellenos.
📌 Aproximadamente 100 kcal y 4 g de grasa por 100 g (varía según la leche).
Consejo: elige versiones elaboradas con leche desnatada o semidesnatada si buscas aún menos grasa.
2. Queso fresco de cabra
El queso fresco de cabra es más digestivo que el de vaca y suele tener menos grasa saturada.
Aporta un sabor suave y ligeramente ácido.
Es una opción muy interesante para personas con sensibilidad digestiva.
📌 Entre 12-18 g de grasa por 100 g, aunque versiones artesanales y bajas en grasa pueden estar por debajo de 10 g.
Puedes encontrar variedades sin sal añadida o elaboradas con leche ecológica en nuestra tienda.
3. Queso Burgos (versión baja en grasa)
El clásico queso Burgos puede ser una opción muy ligera si está hecho con leche semidesnatada o desnatada.
Tiene un alto contenido de agua y una textura blanda.
Es común en dietas hipocalóricas por su bajo contenido en grasa y sodio.
📌 Desde 5 g de grasa por 100 g en versiones light.
Revisa siempre el etiquetado: algunos «Burgos» industriales tienen más grasa de lo que parece.
4. Mató o recuit de drap
El mató, también conocido como recuit de drap en Cataluña, es un queso fresco sin sal, muy suave y con bajo contenido graso.
Elaborado tradicionalmente, sin fermentos añadidos.
Perfecto para combinar con miel, frutas o frutos secos.
📌 Entre 4-8 g de grasa por 100 g, según el tipo de leche.
En nuestra tienda puedes encontrar recuit de drap artesanal de cabra, ideal para postres o meriendas saludables.
5. Quesos descremados o light
Existen versiones light de muchos quesos clásicos (mozzarella, gouda, emmental…), elaboradas con leche parcialmente desnatada.
Son una alternativa válida si prefieres un queso madurado con menos grasa.
Es importante elegir productos sin aditivos ni exceso de sal.
📌 El contenido graso se reduce hasta un 50% respecto a su versión original.
Lo mejor es optar por opciones artesanas o ecológicas con un listado de ingredientes corto.
Consejo útil para elegir bien
Al momento de comprar un queso bajo en grasa, no te fijes solo en la etiqueta “light”. Lee la información nutricional por 100 g:
Revisa el porcentaje de grasa total y de grasa saturada.
Fíjate también en el contenido de sal y la cantidad de proteína, para elegir un producto equilibrado y nutritivo.
Consejos para elegir quesos más saludables sin renunciar al sabor
Disfrutar del queso y cuidar la salud no son objetivos opuestos. Con pequeños gestos al elegir, puedes mantener una alimentación equilibrada sin renunciar al placer de un buen queso. Aquí te dejamos algunas claves para acertar al comprar:
1. Escoge quesos artesanales sin aditivos
Los quesos artesanales, elaborados con métodos tradicionales, suelen tener menos ingredientes añadidos y una mayor calidad nutricional.
Evita productos con conservantes, colorantes, espesantes o aromas artificiales.
Apuesta por quesos con una lista de ingredientes corta: leche, cuajo y fermentos. Nada más.
👉 En nuestra tienda encontrarás quesos artesanos y naturales seleccionados cuidadosamente, sin aditivos ni procesos industriales agresivos.
2. Prefiere quesos de cabra u oveja si tienes sensibilidad digestiva
La leche de cabra y oveja contiene proteínas y grasas que muchas personas toleran mejor que las de vaca.
Son más digestivas y tienen una estructura lipídica que facilita la absorción.
Algunos quesos de cabra también presentan menor contenido de lactosa de forma natural.
Perfectos para quienes buscan ligereza sin perder matices de sabor.
3. Elige quesos sin sal añadida o bajos en sodio
Un exceso de sal puede ser perjudicial para la salud cardiovascular, y muchos quesos industriales la incluyen en grandes cantidades como conservante y potenciador del sabor.
Busca etiquetas que indiquen “bajo en sal” o “sin sal añadida”.
Los quesos frescos artesanales como el mató, el requesón o algunos quesos de cabra suaves suelen contener menos sodio de forma natural.
Recuerda: menos sal no significa menos sabor, si el producto es de calidad.
4. Evita quesos ultraprocesados o con ingredientes artificiales
Quesos fundidos, en lonchas industriales o en crema pueden parecer prácticos, pero suelen estar muy procesados, con aditivos, almidones, grasas vegetales y saborizantes.
Además de contener más grasa, sodio y conservantes, su valor nutricional es inferior.
En su lugar, opta por versiones frescas, artesanas o semicuradas de verdad, con ingredientes simples y reconocibles.
Comer bien también significa saber lo que estás comiendo.
En resumen, elegir un buen queso no es cuestión solo de sabor, sino de calidad, proceso y origen. Apostar por lo auténtico es la mejor forma de disfrutar cuidándote.
Para todos los gustos

Ideas para disfrutar quesos ligeros en tu día a día
Los quesos bajos en grasa no solo son saludables, también son increíblemente versátiles. Incorporarlos a tu alimentación diaria puede ser sencillo, delicioso y lleno de beneficios si sabes combinarlos bien. Aquí te dejamos algunas formas creativas de disfrutarlos sin complicaciones:
1. En ensaladas frescas y equilibradas
Combina queso fresco de cabra o queso Burgos con:
Hojas verdes (rúcula, espinaca, lechuga).
Frutas frescas como pera, higos o granada.
Un puñado de frutos secos (nueces, almendras).
Un chorrito de aceite de oliva virgen extra y unas gotas de limón.
👉 Una opción ligera, saciante y perfecta para cualquier comida.
2. En tostadas saludables
Ideal para desayunos o cenas rápidas:
Pan integral o de masa madre.
Queso mató, requesón o ricotta.
Toppings naturales: tomate rallado, aguacate, mermelada sin azúcar o miel artesanal.
Puedes añadir semillas de chía, cúrcuma o pimienta para darle un toque especial.
📸 (Aquí podrías colocar una imagen atractiva del producto servido y enlazar a los quesos disponibles en tu tienda.)
3. Snacks rápidos y saludables
Una combinación sencilla y deliciosa para media mañana o tarde:
Trocitos de queso fresco de cabra o queso batido.
Tomates cherry partidos a la mitad.
Un poco de orégano, albahaca o aceite de oliva virgen extra.
👉 Ligero, proteico y lleno de sabor.
4. Desayunos dulces y equilibrados
Para empezar el día con energía sin renunciar a lo saludable:
Queso batido o mató + fruta de temporada (fresas, plátano, kiwi…).
Mermelada natural o compota casera.
Un puñado de muesli o copos de avena integrales.
Una combinación perfecta de proteína, fibra y sabor.
¿Y para un postre sano?
El recuit de drap de cabra, acompañado de miel o frutos secos, es una opción tradicional, deliciosa y sorprendentemente ligera. Ideal para ocasiones especiales o para darte un gusto sin remordimientos.
Recuerda: los quesos bajos en grasa pueden ser igual de sabrosos si eliges bien la variedad y los combinas con ingredientes frescos y de calidad. En nuestra tienda online encontrarás productos ideales para cada una de estas recetas y momentos del día.
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Como has visto, sí existen quesos que engordan menos, con menor contenido de grasa y colesterol, pero igual de ricos en sabor y nutrientes. La clave está en conocer bien sus características y aprender a interpretar las etiquetas para hacer una elección informada.
Tanto si prefieres un queso fresco suave como el requesón o el mató, como si buscas versiones ligeras de quesos clásicos, hay opciones para cada paladar y estilo de vida. Y lo mejor: puedes disfrutar del queso sin culpas, siempre que lo consumas con moderación y elijas productos elaborados de forma responsable.
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